El proceso de trabajo que se ha diseñado se basa en la metodología investigación-acción, cuya aplicación, por sus características, es beneficiosa para la investigación de campo, ya que permite realizar simultáneamente la investigación y la acción. La acción se asocia generalmente a una transformación en una determinada comunidad, organización o proyecto, mientras que la investigación se distingue por una amplia comprensión de un fenómeno de cambio por parte del investigador.
Los estudios desarrollados bajo esta metodología comparten cuatro características comunes: una orientación hacia la acción y el cambio; un enfoque en el problema; un proceso orgánico que implica etapas sistemáticas y a veces iterativas; así como la colaboración entre los participantes. Siguiendo esta metodología, se ejecutarán cinco fases: